El Cusco, declarado por la UNESCO Patrimonio Cultural de la Humanidad en el año 1983 tiene, a no dudarlo, una importancia especial, histórica y cultural, merecedora de su consideración como patrimonio de la humanidad por haber sido la capital de un proyecto político cultural muy singular, el Tawantinsuyo de los Incas, síntesis de la evolución cultural andina, una de las grandes culturas de la humanidad y por la magnífica superposición de manifestaciones históricas y culturales.